Museo Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Inventario 0501
Clasificación Genérica Pintura
Objeto/Documento Cuadro
Autor/a Anónimo [Siglo XVIII]
Copia de; Raphael
Título La Virgen de la Silla
Materia/Soporte Lienzo
Técnica Óleo
Dimensiones Diámetro = 28 cm
Iconografia Virgen con Niño; Santos
Datación 1701=1800
Historia del Objeto Descripción en la lista de Antonio Ponz en 1784: Caxon ED copia de chico como de una quarta y media en quadro, y es de N.O.S. de la Segiola de Rafael.
La primera noticia que se conoce acerca de este lienzo, data de 1589, año en el que se atestigua su presencia en la Tribuna de los Uffizzi, por lo que probablemente puede ser comprada por el apasionado coleccionista Fernando I, Gran Duque de Toscana. A pesar de tratarse de una obra tan famosa, la ausencia de noticias en documentación sólo puede explicarse considerando que fuese una obra destinada al culto privado. Precisamente la aparición de una elegante silla, que le da nombre al cuadro y que corresponde al tipo de sedia camerale, reservada a los altos dignatarios, indica que esta madonna pudo ser encargada por un personaje importante de la corte papal, o por el papa León X.
En 1723, el lienzo se trasladó al Palazzo Pitti. Convertida en la más celebre madonna de Rafael, copiar esta obra se consideraba una oportunidad única para demostrar la capacidad y dotes de un pintor. A su vez, resultaba ser una garantía ya que era muy demandada en el mercado artístico. Existía un número reducido de permisos para copiar esta obra, por lo que muchos artistas se veían obligados a recurrir a recomendaciones especiales con el fin de conseguir una autorización. Unicamente podía haber un pintor al día copiando la Madonna, de modo que no incomodase a los visitantes. La lista de espera giraba siempre entorno a unos diez o veinte artistas, y podía ser de varios meses e incluso años. De hecho, había artistas que programaban su viaje Florencia dependiendo de la fecha en que tuvieran posibilidad para copiar el lienzo. Las copias de la Madonna della Seggiola, bien sea en lienzo, miniatura o grabado fueron muy numerosas sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, como así constatan los permisos de exportación. En muchas ocasiones se realizaban variaciones sobre la copia, siendo la más difundida la de cuerpo entero con un esquema rectangular. Ejemplo de ello es un boceto preparatorio que Giovanni Paolo Pannini realizó para la Galería del Cardenal Silvio Valenti Gonzaga. En este boceto hoy en le Museo de Bellas Artes de Marsella, aparece el propio artista retratado de perfil delante de un lienzo en blanco, que en el cuadro definitivo representará a la Madonna della Seggiola.
Fue el primer cuadro que los franceses capturaron en 1799, y estuvo expuesto de 1800 a 1804 en el Louvre, siendo posteriormente colgado en los apartamentos de la emperatriz Josefina en el castillo de Sant Cloud. En 1816 fue devuelto al Palazzo Pitti.
En el siglo XVIII, la literatura de los viajeros que realizaban el Grand Tour catapultarán a la fama este lienzo al considerar que la contemplación de esta obra era una de las etapas obligadas del viaje en Italia. En 1728, Montesquieu destacaba la superioridad de la Madonna della Seggiola frente el resto de las madonas rafaelescas.
Esta obra en la que se representa una escena de la Virgen con el niño y San Juanito, pasó de ser una imagen devota a una obra de género. Muchas han sido las especulaciones de la identidad de la mujer que sirvió como modelo; la leyenda ha visto en la imagen de la Virgen a la hija de un vinatero, o quizá, según la hipótesis más aplaudida, a la amante del pintor, pues como dice Burckhardt en el Ciceron, en esta obra se representa a una de las más bellas mujeres italianas. Jonathan Richardson, que había publicado en 1772 la primera guía de obras de arte en Italia, exaltaba la belleza, impecable ejecución y colorido de esta obra. Jean Nicholas Cochin consideraba que se trataba de Une des plus belles choses qu´on puisse voir de ce grand maître.
De este modo, la Venus de Medici, la Venus de Urbino de Tiziano y la Madonna della Seggiola de Rafael se convirtieron en los tres baluartes de las colecciones granducales. Como prueba de ello, es interesante destacar la vista ideal de la Tribuna de los Uffizzi de Zoffany. Los visitantes de la tribuna se dividen en tres grupos principales. Aquellos que contemplan la Venus de Medici, los que se encuentran entorno a la Venus de Tiziano, y un tercer grupo que se encuentra cercano a al Madonna Niccolini, pero que, sin embargo, dirigen la mirada al lienzo colgado de la Madonna della Seggiola que se encuentra a sus espaldas y constituye el centro de las líneas compositivas del grupo. Es interesante esta apreciación pues uno de estos personajes es precisamente George Legge, el hijo del 2 Earl of Darmouth quien iba dirigida esta pequeña copia de la Madonna. Probablemente George Legge compró esta copia a su paso por Florencia en diciembre de 1777.
(texto de Ana María Suárez Huerta, del catálogo El Westmorland, recuerdos del Grand Tour)


[Tormo, p. 99.
Cat.1929, p. 106.
Pérez Sánchez, 1964, p. 49.
Exposiciones:
El Westmorland: Recuerdos del Gran Tour, Centro Cultural Las Claras de Murcia (nov.02-en.03), Fundación El Monte de Sevilla (en.-marz.03) y RABASF de Madrid (abr.-jun.03), pp. 360-361, nº 88.]
Catalogación Departamento Museo
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